Mi foto
Nombre:

domingo, diciembre 30, 2007

HE SIDO TANTOS....

Miro mis fotos del pasado y no me reconozco.

¿De quien es ese rostro de niño solitario, lleno de incertidumbres, sin una referencia a quien sujetarse?

¿Dónde iba ese adolescente acompañado de dudas, a quien nada de lo que le intentaban inculcar los adultos le parecía coherente al contrastarlo con la realidad?

¿Fui yo aquel macarrilla de pelo largo, zapatos de plataforma, cinturón de León, para las peleas, que sobresalía por su gamberrismo?

¿O aquél otro, el de los 20 años, con la mili a cuestas, las mujeres a mi alrededor, el alcohol que sujetaba mi sonrisa y provocaba risas y divertimento?

¿Qué fue de mi primer gran amor, sumida ahora en la locura? La mataron las circunstancias y su debilidad.

Alejado siempre de los hombres, tediosos hombres, mundos exquisitos de mujeres, sexo sin sentimiento que abotarga los sentidos.

Mi segundo gran amor, belleza suprema, caudalosa ternura con la que confundí inteligencia con mimetismo.

Rondando los 30 años, evolución concluida, buscando entre sábanas ajenas el amor que me esquivaba.

Murió también mi tercer amor, el último. Un brillante sin tallar que cobró una forma perfecta, que se convirtió en un monstruo. Ya no brilla ni en mi memoria.

Me miro en el espejo, un tapiz de arrugas; las de los ojos, de reír; las del entrecejo, de sufrir. Y no me reconozco en aquellos que fui, como si en cada ciclo de mi vida hubiese sido una persona diferente, sin nexo de unión, saltando del nihilismo al escepticismo, pasando por las certezas.
Nunca he tenido la edad que tuve; ni siquiera ahora. Hay días que soy un niño, y otros un anciano.