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miércoles, diciembre 14, 2005

LOS MUERTOS DE HAMBRE

Algunos hombres son capaces no ya de mentir por echar un polvo, sino incluso de salir con una mujer durante bastante tiempo por la misma razón.
A las mujeres se os hace muy difícil de entender por que no os ocurre lo mismo, ya que con vosotras con una mirada, un gesto, o una palabra podéis conseguir acostaros si no con cualquiera, sí con alguien. Pero los hombres, en general, tienen muchas dificultades para hacerlo, y no digamos ya para hacerlo con la mujer que le apetece.
Pero claro, cuando estáis enamoradas de un hombre, veis cosas en él que otras no ven, y os imagináis que ese hombre tiene el mismo atractivo para otras mujeres. La realidad es muy diferente.

No es cierto que los hombres vayan follando por aquí y por allá a todas horas. Son unos pocos los que lo hacen. Lo que ocurre es que esos pocos se acuestan con muchas y por eso tenéis esa sensación engañosa.
En una pandilla de digamos diez hombres, posiblemente solo uno o dos sean promiscuos. El resto, tal vez se acuesten con media docena de mujeres en su vida como máximo. Por eso mienten y remienten para conseguir mojar el churro. Disimulan, ocultan, callan, o directamente, como digo, engañan.

No es tan difícil de saber cuando un hombre va a por lo que va. Tal vez sea un poco más complicado cuando todavía no se ha acostado con una mujer, ya que hasta entonces son capaces de convertir la ética en pura falsedad.
Muchas mujeres, utilizan el no dejarse seducir sexualmente como un arma de control hacia el hombre. Y los hombres lo saben, y saben que una vez caída la barrera, el dominio puede pasar a ellos. Por eso se comportan de diferente manera antes y después de echar uno o varios casquetes.En cambio, es muy sencillo saber cuando en una relación de pareja el hombre solo mantiene esa relación por sexo: ausencia de caricias pre-coito, y post-coito sobretodo; carencia de ternura; preferir estar con los amigos o en cualquier otro lugar; cambios de humor antes y depués de f.llar; llamadas telefónicas esporádicas (cuando está cachondo); y sobretodo la inexistencia de risas.