LA PUERTA ABIERTA.

Después de una ruptura amorosa es difícil estar predispuesta a otra nueva relación. Pero piensa que el amor no llamará a tu soledad cuando tú quieras, que es siempre un invitado sin tarjeta.

Si no aceptas esa cita que alguien te propone, si no aceptas de ese hombre esa sonrisa que te tiende la mano, no dejarás de rumiar esos recuerdos que solo te producen llagas en tus esperanzas ya heridas.

Cuando lo compares a él con el anterior, no cometas el error de comparar los sentimientos. El nuevo sentimiento necesita tiempo y paciencia. Puede, de todas formas, que ese hombre no sea el indicado, pero puede que sí, o puede que lo sea el siguiente. Nunca lo sabrás si no te arriesgas; y recuerda que, en ocasiones, no hay mayor riesgo que no arriesgarse. Que la vida puede ser un ramillete de oportunidades, o una sola, o ninguna.

Sal de ti, abraza el futuro, y el olvido.