Maldonado Sinrazón

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lunes, enero 28, 2008

INTELIGENTES Y LISTOS


Algunos conceptos son un tanto ambiguos y cada uno define las palabras a su modo.

Voy a decir las diferencias que, en mi opinión, diferencian a una persona inteligente de otra lista.

Una persona inteligente profundiza en sí mismo hasta llegar a lugares donde tal vez hubiese sido mejor no ir, porque aunque regrese de ellos puede que lo haga con heridas abiertas, en el peor de los casos, y en el mejor con cicatrices.
Un listo no se adentra en su mundo interior demasiado principalmente porque no tiene capacidad para ello, aunque se justifica diciendo que para qué comerse el coco si lo que hay que hacer no es pensar en la vida sino vivirla.

Una persona inteligente es creadora. Descubre por sí misma muchas cosas y luego las ve reflejadas en los libros.Un listo hace lo contrario. Lee o se informa de otro modo de lo que ignora, lo plagia, y lo hace suyo.

Las personas inteligentes o suelen ser atormentadas o han pasado por largos periodos de melancolía o depresión.Los listos pueden tener cambios de humor, pero tienen una actividad incesante que les evita la reflexión, teniendo así el camino libre para pasar de una idea a otra que les haga conseguir sus proyectos.
El inteligente, pues, reflexiona, es decir, profundiza. El listo piensa; es decir, cuando intuye el abismo al que le puede conducir ser honesto consigo mismo, siente vértigo y salta de un pensamiento superficial a otro.

Los inteligentes son complejos, con un mundo interior muy rico. Esa complejidad les hace más libres pero más solitarios, porque es muy difícil encontrar otra persona inteligente con la que tener complicidad.
Los listos son simples. Tienen pocas dudas y muchas certezas. Por eso no se cuestionan demasiadas cosas y solo se preocupan de sus esperanzas.
Así pues, los inteligentes suelen ser excépticos y los listos consideran la duda una debilidad.

El inteligente explora caminos por los que intuye que no debería andar, pero que no puede evitar hacerlo porque la inteligencia no se puede aplacar ni someter. Caminos inexplorados que le pueden llevar a un bello paisaje o a una sima sin fondo.
El listo solo camina por senderos con huellas que han marcado otros, para evitar perderse.

Un inteligente puede llegar a ser listo pero un listo jamás podrás ser inteligente. Con la inteligencia se nace. Se pude cultivar más o menos pero no se aprende.
Un listo por el contrario, puede aprender muchas cosas, peron no aprehenderlas.

jueves, enero 17, 2008

EL SONIDO DE UN ARROYO

Me gusta ver el abrazo de dos adolescentes enamorados.

Me gusta ver pasear a una pareja de ancianos cogidos de la mano.

Me gusta que ganen los malos si no son muy malos.

Me gusta destejer la piel de una mujer desnuda.

Me gustan los animales porque no son como yo.

Me gustan los silencios que dicen de todo.

Me gusta que me guste lo que cuando estaba a disgusto conmigo mismo no me gustaba.

Me gustan mis enemigos cuando no me olvidan.

Me gusta dormirme en sus brazos y que ella despierte en mi pecho.

Me gusta lo que escribo aunque a otros no les guste.

ORGULLO


Hay algunas personas que cuando les preguntan por sus defectos, sueltan que son orgullosos y se quedan tan panchos. Como si el orgullo no fuera un defecto y lo tomasen como una virtud camuflada. Arquean la ceja y esgrimen una sonrisa estúpida de suficiencia.

No se dan cuenta de que el orgullo es una debilidad. Una debilidad que nos hace esclavos de la opinión subjetiva de los demás. ¿Cuantos amigos, amantes, trabajos, hemos perdido por culpa del orgullo? ¿Cuantas posibilidades de conocer a alguien interesante?

Me direis que es necesario para conservar la dignidad y el respeto. Pero no es cierto. Ante una difícil situación de abuso o decepción, no es necesario utilizar el orgullo. Basta con sentarse en el sillón del salón y utilizar la sangre fría. Retomar los hechos, las circunstancias, la persona en cuestión y el origen de todo y reflexionar. Después analizar. Más tarde sintetizar. Y, por último, obrar en consecuencia.

Para ello, sin duda, hacen falta dos cosas: ser honesto con uno mismo y tener valor.

Pero claro, si eres débil, si triunfa el desdén o el rencor sobre el sentido común, te conviertes en una máquina de producir errores. Errores en los qué tú eres la víctima y no la persona que se lo merece.

sábado, enero 12, 2008

AMISTAD CON Y SIN MAYÚSCULAS

Tal vez tenga de la amistad un concepto bastante macarra, o adolescente quizás, o tal vez primitivo.
Porque para mí la amistad es darlo todo, dar la cara por tu amigo, o dejar que te la partan, tanto metafóricamente como literalmente.

Por amistad puedo hacer cosas incluso que rebasen mis principios. Si me piden un favor lo hago, tengo que hacerlo, me veo obligado a ello, por lealtad, sin pedir explicaciones, no las necesito, no me importan. Me gusta hacer favores, me gusta arriesgarme por un amigo. No por un sentimiento altruista, sino de egoísmo, para dormir tranquilo, para autosatisfacerme con el disfrute de mi amigo.

No comprendo esas frases cobardes e insinceras como "soy su amigo hasta cierto punto", o "si fuese mi amigo ya debería saber que eso no me lo puede pedir".
Son excusas para no dar, porque ese punto, esa persona que lo marca lo pone en otro lugar cuando es ella quien pide un favor y pide lo que niega.

Dicen algunos, muchos, demasiados, el topicazo ese de que en la amistad no hay que pedir nada a cambio. Yo no sé si es porque no han pensado bien en esa frase, si es porque se comen sin digerir cualquier axioma que suene bonito, o porque hacen de la hipocresía su bandera.
Porque, vamos a ver, ¿quien que no sea masoca o idiota, o tenga problemas de autoestima, o esté y se sienta solo, da sin recibir nada? ¿Quién sigue siendo amigo de otro haciéndole favores sin cesar y cuando los pide el otro se los niega?
Lo mínimo, lo mínimo que se le pide a un amigo es agradecimiento, por mucho que cínicamente digan algunos que ni eso se pide si es verdadera amistad. Nos nutrimos de ese agradecimiento para volver a ayudar a esa persona. Sin él, es como estampar nuestro corazón contra un muro una y otra vez hasta desangrarlo.

Otros dicen que a un amigo hay que decirle siempre la verdad. Y mienten. ¿Acaso a un amigo que es feo, soso, o tonto y que por lo tanto no consigue tener pareja le decimos que no lo consigue porque es una de esas tres cosas? En absoluto; le intentaremos ocultar la realidad, se la disfrazaremos, culparemos a los demás, intentaremos darle más que sinceridad consuelo. Y si ese consuelo entraña mentiras, las decimos.
A un amigo no hay que decirle siempre la verdad. En todo caso, siempre que nos la pida. Y en ocasiones, ni siquiera entonces.

Esas personas que alardean de sinceras, de que siempre van con la verdad por delante, que te la arrojan a la cara sin venir a cuento, deberían plantearse si tienen derecho a decir “su” verdad a quien no quiere escucharla, a quien no la pide, o a quien esa verdad le puede hacer más daño que la ignorancia.

NO SEAS CELOSA, MUJER


Te dice que no tengas, celos, que eres muy exagerada. Pero ¿como evitar los celos cuando mira a tu amiga, le sonríe, gira el rostro hacia ti y su sonrisa se transforma en una mueca rota?

¿Qué sabe él de tus pensamientos en los que gobiernan dos cuerpos desnudos, el de ella y el de él, atenazándote cualquier esperanza de que lo que imaginas no sea cierto?

Te dice que no tengas celos, que la culpa es tuya por mirarle las llamadas del móvil. Que eres esclava de tus paranoias. Que es solo una amiga, que es inteligente, que es guapa, que es simpática, pero solo una amiga.

Y te preguntas si tú no eres todas esas cosas. Supones que sí, claro, pero como no te lo dice…. Lo único cierto, según él, es que tu amiga tiene esas virtudes.

Te dice que sí que te quiere, cuando se lo preguntas. Y buscas su mirada tras su última frase. Y sus ojos se tornan huidizos, o repelen los tuyos como un muro terco. Lo máximo que consigues, algunas veces, es poder ver reflejados en sus pupilas tu soledad y tu miedo.

INFIDELIDAD MASCULINA, DEBIDO A LA INSEGURIDAD


Algunos hombres son infieles para suplir su inseguridad.

En un principio, cuando se enamoran de una mujer y esta les da confianza, dejan de serlo. Los problemas surgen cuando ésta, una vez pasada la primera euforia de la pasión, empieza a ver debajo de cada frase de su hombre las mentiras, las contradicciones y las limitaciones que antes no veía.

Entonces lo empieza a cuestionar. Y él comienza a sentirse inseguro, como antes. Y busca de nuevo la seguridad en otra mujer. En alguien que lo admire, que se ría con sus gracias, que lo considere tan inteligente como lo consideraba su pareja al principio.
Y vuelta a empezar.

Pero también es posible que su mujer lo admire toda su vida. En ese caso, con el tiempo, su inseguridad buscará nuevos horizontes ya que considerará que el hecho de que una sola persona lo adore, no significa que se merezca ser adorado. Después de todo, quien lo admira está enamorada, luego su opinión es demasiado descaradamente subjetiva, ya que es esclava de un sentimiento.

¿Qué se puede hacer para evitar que un hombre así deje de ser infiel? Ni idea. Todos los hombres de éste tipo que he conocido lo han seguido siendo toda su vida.
Lo único que se puede hacer es dejar de ser tan ingenua como para pensar que ese hombre cambiará. Como mucho, puede que cambie sus estrategias para evitar que lo pillen.

¿HAY QUE DECIR LA VERDAD CUANDO DEJAS A TU PAREJA?


En muchas rupturas, el dejado no se explica el porqué de esa ruptura y el que deja da pocas explicaciones o ninguna. Y el dejado se siente engañado y con la autoestima por los suelos. ¿Qué habré hecho, en que me he equivocado, no merezco su amor, tan poco valgo? Y pide respuestas. Y no llegan.

Pero, ¿es preferible que el otro responda o seguir en la ignorancia?

¿Es preferible que el otro diga la verdad, que no te aguanta, que tus gestos que antes le hacían gracia ahora le repatean?

¿Es preferible que te diga que no te desea?

¿O que tiene vergüenza ajena cuando hablas delante de otros?

¿O que cuando estaba enamorado/a, estaba ciego/a y ahora se da cuenta de que eres tonto/a?

¿O que no le interesa cualquier cosa que le digas porque le aburres?

¿O que no le haces reír jamás porque le resultas soso/a?

Pedimos sinceridad, pero si la otra persona no la da, si insistimos y sigue sin darla, mejor que no la dé. La verdad puede ser más dolorosa que la mentira. No existe ninguna regla que diga que con la Verdad se sufre menos que con la Ignorancia.Puede que si nos da una explicación la otra persona, aprendamos de ella; pero también puede suceder que esa explicación sea tan subjetiva que se aleje de la realidad y tendamos a pensar que en muchas otras personas podemos despertar esa indiferencia y-o desprecio; y si somos demasiado influenciables o vulnerables nos puede provocar tal inseguridad que nos impida iniciar, al menos en un futuro próximo, otra relación.

viernes, enero 04, 2008

TRES CHARLAS EN UNA.

1. La causa de que haya hombres que no aceptan un NO, como respuesta cuando tratan de seducir, es que han conocido a alguna mujer que en un principio dijo No, y luego, ante la insistencia, dijo Sí.
Digo la causa, no la culpa, porque la culpa es compartida ya que ellos deberían identificar entre quienes van de frente y quienes todavía necesitan hacerse las "difíciles", para subir su autoestima.
La misma autoestima que necesitan las que sobrepasan el coqueteo para zambullirse en el farragoso terreno de las calienta pollas.


2. Antes de que existiesen los anticonceptivos (aunque en el antiguo Egipto ya existían), era lógico que las mujeres tratasen de no dejarse arrastrar por el deseo o el amor y mantener sexo con quien deseasen, porque ellas iban a ser las perjudicadas a la hora de quedarse embarazadas ya que se iban a quedar con el "regalito" y los hombres "si te he visto no me acuerdo, una vez que he jodido olvido lo prometido".

Ahora, eso no tiene ningún sentido, y la mujer que desea a un hombre, debería tirarle los tejos. Pero en algunas mujeres aún puede más la educación carca recibida, que el sentido común.

Claro que también es cierto que algunas mujeres dan sexo buscando amor, mientras que muchos hombres simulan dar amor para conseguir sexo.


3. ¿Cómo saber cuando un hombre solo quiere sexo? La respuesta está en la precipitación y el riesgo. Un hombre que solo busca sexo en una mujer, intenta conseguirlo lo más rápidamente posible, a no ser que sea tímido o inseguro. El riesgo es mínimo, ya que si se encuentra ante una negativa, poco tiene que perder; tan solo algo de orgullo, pero sus sentimientos quedan salvaguardados porque no existen.

En cambio, cuando un hombre cree que puede enamorarse, o se enamora, de una mujer, se vuelve muy precavido. Teme arriesgarse, porque si recibe una negativa es su corazón el que va a sufrir. Por lo tanto, el cortejo es más largo, paso a paso, hasta que cree percibir en la mujer lo mismo que siente él.