Maldonado Sinrazón

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domingo, noviembre 30, 2008

SIN TI Y CONTIGO

Cuando no estás, las palabras de mis libros se desconciertan, no puedo aprehenderlas mientras bailan una danza agotadora que las lleva al olvido.

Cuando no estás, mis pinceles solo beben colores fríos, y solo el verde de tus ojos, en mi recuerdo, calma su sed.

Cuando no estás, el amanecer cambia el rocío por la escarcha en donde resbalan los ecos de las palabras que arrancaron las espinas mi pasado.

Cuando vuelvas, tu boca encenderá la hoguera de mi despertar, exiliando esta pesadilla que con un brindis amargo, ebria de dolor, me entierra cada día en la cripta de mi soledad.

Cuando vuelvas, este pecho que expira cada jornada con tu ausencia, le mandará una carta de despedida al invierno e irá a la estación a esperarte a ti, primavera.

Cuando vuelvas, hasta las sombras de mis lágrimas serán borradas por una palabra tuya, dejando paso a una playa de agua tibia en la que nadaremos entre dos aguas: el presente y la esperanza.

jueves, noviembre 20, 2008

PARA TÍ, MARÍA.

Hace unos meses estaba seco de amor, con el corazón agrietado, boqueando como un pez sobre el asfalto.
Mis ojos solo veían paisajes derrotados.
Mis oídos solo escuchaban a mi soledad jurándoles que nunca me abandonaría.
Mis dedos solo acariciaban un vacío áspero que los abrasaba.
Nada tenía sabor. Todo era tan insípido como unos labios de escayola.
Mi olfato, solo sentía el olor a tumba.

Ahora, tú eres mi paisaje repleto de tréboles de cuatro hojas, milagro que me invade con un arco iris de ternura, dos sonrisas perennes, tres gotas de rocío que riegan cada día nuestro amor.

Ahora, mis aullidos apasionados de lobo estepario, los regalo a los ecos, para que te alcancen en la distancia y puedas amortajar tu soledad para siempre.

Ahora, deslizo mis manos sobre tu piel, tan suave como la aurora sobre el mar otoñal,
mientras cabalgamos por la pradera de nuestro dormitorio.

Ahora, soy un gourmet de tus caricias, un cautivo de tus besos, mientras arrullas mi lado oscuro hasta dejarlo dormido haciendo que despierte lo mejor de mi mismo.

Ahora, el hedor de mi alrededor se doblega rendido ante la fragancia que despide tu bondad, tu generosidad, tu honestidad, y tu belleza, hasta embriagarme dentro de la burbuja de nuestro mundo.

TE AMO.